Los liderazgos humanistas requieren de soft skills

Todo el mundo quiere tener un buen jefe e incluso fantasear con convertirse en un buen líder y cambiar cosas o formas de dirigir que no te han gustado.

En 2023 los liderazgos deben ser humanistas, deben centrarse en las personas y crear lazos de confianza entre los miembros del equipo. Pero para que eso sea posible, es necesario que el líder cuente con las soft skills adecuadas.

¿Qué es el liderazgo humanista?

Es aquel que procura dar sentido al trabajo de las personas en la empresa. El objetivo es ayudar a descubrir el sentido de la acción empresarial y el papel que juega cada uno.

El liderazgo humanista se basa en los demás, en ayudar a encontrar sentido a nuestro día a día y entender que nuestro trabajo va más allá de las tareas.

Este líder comparte una cosmovisión profesional y se basa en el growth mindset, en la creencia de que todos podemos seguir creciendo y aprendiendo.

Habilidades blandas y actitudes para triunfar

Aquí van el conjunto de habilidades necesarias para ejercer un liderazgo humanista.

  • Comunicación

Esta habilidad es una de las más necesarias. Útil para comunicar los valores de la marca, para hablar con el equipo e incluso para promocionar y entablar relaciones con clientes.

Los directivos no solo se representan a sí mismos en las redes, también son portavoces de sus empresas.

El contenido es esencial porque marcará los ejes más importantes de la huella que tienes en las redes. Esta está directamente vinculada a la reputación, a la autoridad y al expertise.

Si tienes una frutería te levantas y muestras lo ricas y bonitas que son tus frutas. ¿Por qué no hacer lo mismo aprovechando la tecnología?

El objetivo es construir relaciones transparentes, auténticas y cercanas con clientes, compañeros, equipo y futuros candidatos.

Construir esa imagen de marca es una labor diaria y debemos estar comprometidos todos los que formamos parte la organización.

  • Autoconocimiento

La autoconsciencia de marca más el autoconocimiento da como resultado organizaciones inteligentes y sanas con líderes aptos y eficientes.

Lo que no se mide no se puede mejorar y lo mismo sucede con lo que no se conoce. Si nosotros no somos conscientes de nuestras habilidades, no sabes cómo reaccionamos y en qué debemos mejorar, no podremos trazar un plan de acción para conseguirlo.

  • Coherencia y ejemplo

Las personas a veces somos incoherentes y pedimos cosas que nosotros no estamos dispuestos a hacer o dar.

Para ser un buen líder debemos ser coherentes y actuar tal y cómo exigimos a nuestros equipos. Lo mismo debe hacer la marca y ser consciente con el contenido, no debemos hablar solo de nosotros, hay que hablar de cosas que sean de interés para tu comunidad.

Este punto está estrechamente ligado con la comunicación. La coherencia y el ejemplo deben ir ligados a una buena forma de comunicar.

  • Openminded

Hay que ser abierto de mente. Las cosas cambian demasiado rápido y debemos adaptarnos a eso con la mejor actitud posible.

“Siempre se ha hecho así” ha quedado obsoleto y más si hablamos de liderazgo y dirección de equipos.

La amalgama de diferentes perfiles y personalidades pueden dar resultados espectaculares si sabemos cómo gestionarlo.

  • Generosidad

Como líderes debemos ser generosos y compartir, elogiar y comentar el trabajo de otros.

Poder convertirte en mentor y enseñar a alguien es esencial para hacer un buen papel y conseguir que tu equipo trabaje de forma colaborativa y en confianza.

La generosidad juega siempre a nuestro favor.

  • Humildad y naturalidad

En el trabajo debemos ser nosotros mismos. Pasamos mucho tiempo ahí como para interpretar un papel.

Eso no significa que no podamos cambiar o modificar cosas para mejorar la convivencia, pero la naturalidad debe prevalecer por encima del resto.

Además, la humildad siempre es una buena actitud en el trabajo. Una encuesta realizada por Computrabajo demostró que el 44% de los profesionales espera que su líder sea empático y tenga respeto por todos.

  • Adaptabilidad y gestión del cambio

Liderazgo y cambio van unidos de la mano. Las personas son cambiantes y el mercado laboral también, por ende, no se puede dar liderazgo sin adaptabilidad y buena gestión del cambio.

Todo cambio debe tener sentido o ir en una dirección. La clave para el manager es dar con ese sentido, saber contarlo y encontrar las herramientas adecuadas para que no sea traumático.

  • Presencialidad

Esta capacidad no se trata de ir a la oficina o de estar siempre presente, si no de estar disponible para el equipo. Crear lazos en los que el equipo pueda pedirte ayuda, pedirte consejos o incluso comentarte algo sin encontrarse siempre la puerta cerrada o la agenda llena.

Como líderes, una de nuestras prioridades es el equipo y debemos hacerles saber qué pueden contar con nosotros en todo momento.

La labor del líder

Estas son algunas de las actitudes y soft skills que diferencian a un buen líder de un jefe. Sabemos que en cada sector primarán unas habilidades por encima de otras, pero no queremos dejar pasar la oportunidad de remarcar el liderazgo humanista, por y para las personas.

Los profesionales han evolucionado, las empresas también y a los líderes no les queda más remedio que adaptarse a estos cambios. De hecho, es el momento de pensar qué se ha hecho hasta ahora y mejorarlo.

Todos hemos vivido situaciones complicadas con algunos jefes, así que esta es la oportunidad para cambiar y hacerlo diferente.

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